sábado, 9 de octubre de 2010

China town

Hazme gastar crédito del celular sin sentido y te desearé el peor de los males. Vamos gente, una llamada que con toda la furia que tendría durar dos minutos no me la podés estirar a siete. ¿A qué me refiero? Pura y exclusivamente al delivery de comida china "La Pekinesa S.A", que ya con ese nombre me dice todo y un poco más.


Tuuu, tuuuu.


MG: Hola...-sin repuesta-

La Pekinesa S.A: dhfjdddfsssssshhhhskj.

MG: ¿Hola?

La Pekinesa S.A: La Pekinesa S.A, haga su pedido...

MG (concisa): ¡Ah! hola,me mandarías un menú ejecutivo a Austr...-soy interrumpida-.

La pekinesa S.A: Ehh, creo que no enviamos menú ejecutivo a la noche. Esperá que me fijo.

MG: ...

La pekinesa S.A (luego de hacerme escuchar un aparente hitazo pop chino): No, no enviamos.

Mg: ¿y qué es lo que envían?

La pekinesa S.A: Todo menos el menú ejecutivo.

MG: Uff, bueno, mandame un Zhao Mien a Austr...-soy interrumpida-.

La pekinesa: ¿Un qué?

MG: Un Zhao mien (pronunciado en chino, así como lo escriben)

La pekinesa: ¿Un qué?

Mg (como si estuviera pidiendo el plato en Ottawa): Un Zhao Mien, los fideitos salteados en salsa de soja.

La pekinesa S.A: ¡Ah! Sí, sí, un Zhao Mien.

MG:...(dudando de la dislexia propia o de la sordera ajena).

La pekinesa S.A: Bueno, ¿a dónde se lo mando?

MG: A Austria 2148. Tercero C. Pero mirá, en el portero hay que marcar 0303, porque es eléctrico.

La pekinesa S.A: ¿Qué?

Mg: Que en el portero, que es eléctrico, hay que marcar 0303.

La pekinesa S.A: Ah, bueno. Pero éso no lo anoto, directamente que marquen 3ºC.

MG (bueno, que lo marquen si lo encuentran...): No hay. El portero es eléctrico y hay que marcar 0303.

La pekinesa S.A: Dos veces 0303.

MG (que ya ni sabía que decía): No, una vez 0303. Bah, sí, dos veces 03. Es 0303.

La pekinesa S.A: Ceeeeero tres, ceeeeero trees, dos, cero tres.

MG (listo, me cocino): 0303. Nada más que eso. ¡O llámenme cuando llegue!

La pekinesa S.A: Bueno, gracias. ¿Entonces uno cuatro arrolladitos primavera a Austria 2146 y marco 0303, no? Veinte pesos, llega en media hora.

MG (¿me está tomando el pelo?): Sí señorita, cuatro arrolladitos primavera. Le pago con cambio.


Así, con exactitud de reloj, llegó el pedido en treinta minutos con un plato de arroz con calamares. Y déjenme decirles que, en este caso, la importancia del verbo no es poca cosa.

1 comentario: