domingo, 22 de noviembre de 2009

Tipos de hombre. Vol. 7


El familiero: Simplemente te dura hasta que te das cuenta de que en realidad tu pareja no es él sino su familia. De buenas a primeras, la cosa empieza relativamente sin indicios de peculiaridad. Chico normal de cuellitos planchados y con tendencia a demostrar sensibilidad (ojo, NO sentimentalismo) que generalmente a la mayoría de las mujeres nos atrae. Salimos, la pasamos bien, nos damos cuenta de que podemos charlar...y WOW, nos sorprendemos de que ésta vez la montaña rusa se haya quedado en el parque de diversiones. Pero (porque siempre los hay), él empieza a arrimar el bochín hacia SU lado de la familia. "Che, me acompañás a visitar a la nonna que está con gripe?" (¿y encima que la vieja me contagie? Puffff, ya mismo voy corriendo), "Mi mamá prepara unas pastafrolas para chuparse los dedos...el domingo podemos ir a almorzar con ella, ¿no? (¿cómo me dijiste que te llamabas?). Y ya cuando el familiero toma descarada confianza, "Ahhhh, me olvidé de decirte, perdón, cambié un poquito los planes, si no te molesta, la familia nos está esperando en el restaurant, reservé recién". Y ahí lo querés mandar a la Quiaca con madre, Nonna y una patada en el orto de regalo. Aunque, atenti, esta reacción no es producida por el malhumor ni en pos de un arquetipo de Bittered-woman, sino que esta clase de hombre mete todo en la misma bolsa, y vaya a saber según qué tipo de razonamiento lógico llega a la conclusión de que vos sí querés relacionarte con su familia. ¡Y todo aquel signo de concenso (¿no?, ¿vamos?, estaría bueno...¿dale?) sólo da acto de presencia! Es como el pecebre del árbol de navidad, la cubetera vacía en el congelador, o el rollito de papel higiénico vacío...ése que lo ves así de reojo y te das cuenta de que no podrías haber tenido menos culo (¿o más?). En realidad él no te consulta, sólo teje y desteje a su piachere. Y sos VOS la que se está agregando a tu familia, no ÉL a tu vida. Pero aceptás conocerlos. Intentás redimirte de toda culpa e imágen de bruja y así vas cayendo en sus garras porque...no puede ser tan malo, ¿no?. Minga. La madre te detesta porque le robaste a su angelito y además: "me gustaba más la anterior", osa decir Tuhtankamon mientras vos vas al baño, te mira de reojo, te sirve última se lleva a tu chico a que lo ayude en la cocina (y el va moviendo la cola cual pekinés, claro) y a vos te dice: ¿querida, le hacés compañía a la abuela? (que duerme y ronca como una motosierra oxidada y...¡ELLA LO SABE!). ¡Ah! pero no le cambies el canal eh, dejale la RAI porque ella duerme lo escucha (what the fuckkkk?!) Y cuando -¡al fin!- se van...el familiero osa preguntarte: la pasaste bien, ¿no amor? Se te notaba en la cara, ¡qué linda! Sé que querés que volvamos mañana.

Y ahí llega el momento en que lo mirás, él piensa que lo vas a besar... y vos superás tu marca de 500 metros con obstáculos por Avenida Santa Fe.

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